jueves, 19 de junio de 2008

RUMOR DE AUSENCIA

Poema 1

Atrás quedan los venenosos pétalos
de una flor de cuyo abrazo huido
temblaba las solapas de mi vida
Atrás, esa lluvia de noches insomnes
ese frío invierno azotándome
las venas gastadas por penumbras.
Atrás queda la herida sin ternura de su acento
las vanas palabras pronunciadas
el glaciar de indiferencia de sus besos
Atrás, todo queda atrás
menos tú,
que has llegado con la inocente lluvia,
con el aroma ausente de proscritas auroras,
sobre tus sendas
voy sembrando un latido,
aunque mis días anden demacrados de pensarte
aún queda un esplendor en mis manos confusas
y nuevos amaneceres donde inventarnos.


Poema 2

Hay un nido de desencanto
que humedece tu corazón,
con gotas de abandono
con espuma en sus orillas
te ha hincado el diente
y ha echado raíces
alrededor de tu voluntad,
en esta encrucijada de cenizas
donde tus desilusiones albergas
rompe con el canto del gallo
esta rueda loca que te atenaza
que tu dulce voz dibuje palabras en el aire
y que con un soplo de mi ternura
derrumbes los castillos deshabitados
donde amontonas tus recuerdos.


Poema 3

Cómo devolver a tu vida
la luz que le falta a tus mañanas
el asombro del mar lamiendo tu cuerpo
los silencios del mirlo en tu corazón
el tiempo de una noche inagotable
déjame ser la mirada de tu jardín abandonado
que mis ráfagas de lluvia
rieguen tu eternidad desértica
y posar en tus labios la tibieza del sol
los susurros encendidos de la luna
abrasarnos eternos
y no ser ni tan siquiera tiempo.

Poema 4

El tiempo ni se detiene, ni descansa
ni tan siquiera atrás mira
vivir el día
como si siempre fuese el último
como una continua despedida,
nunca a la espera, aletargado
los días pasan y la esperanza se desvanece
entre latidos sordos,
palabras rotas
y tantas promesas y desconfianzas
malgastando lo más importante
el tiempo, en tercos ensueños,
esos días que no vuelven
ese desencanto en el que deambulas
y que te hace estéril

abandonándote en la noche de recuerdos
y en la ausencia de luz.

Poema 5

Que fueron de aquellos días
en el que alegremente jugábamos con las estrellas
en universos revueltos de sabanas
con el aire envuelto en jazmines
y tibios cuerpos desnudos,
un bulto juvenil surgía de la penumbra
subía sin ropas a tu lecho
penetraba en tu agreste primavera
y rescataba de tu carne la densidad del tiempo
cruzando el umbral de tu noche
entre tus perfumes hipnóticos.


¡Qué fueron de aquellos días!



Poema 6

Sales de ti, la noche te golpea,
llega el remordimiento
como única moral de un ser que apenas vive.
Inhóspito es el mundo,
la casa en que te aíslas
el cuerpo dócil donde habita tu vida.


Te haces daño y no hay ser a quien ofendas
mas allá de ti mismo
y eres el testimonio de una inútil verdad
la virtud no descansa en mantos estrellados
ni blancas sabanas de algodón,


¿qué nos hace creernos menos miserables
que los demás?


Hoy vivo esta carencia, en mi interior
y apuro del engaño algún rescate
que me permita mirar aún el mundo
con amor necesario, con esta mirada limpia
y así saberme digno del sueño de la vida,
que más puedo pedir
sino es una compañera para mis desolados días.


Poema 7

Mas allá de ti, de tus recuerdos
está la sombra
y detrás de la sombra
no hay ni luz ni sombra,
ni sonidos, ni silencio
llámalo lo que quieras
o no le llames nada
por que detrás de la nada y el olvido
no hay nadie.

El día que faltes tú, se murió la poesía
las palabras no tendrán significado
y mi corazón quedara empapelado
en el tibio recuerdo de tu ausencia.


(Para Samsara con cariño)

Poema 8

¿Cuál es mi esperanza?
vivir aun a zancadillas
amar, mientras el corazón late
amar el sueño roto de la vida
con sus enfangadas desilusiones
y sus rastros de sufrimiento,


en tantos inciertos días que me restan,


veo salir la luz todos los días
gastarme los ojos sin misericordia
los frágiles testimonios pasados
y los recuerdos marchitarse en el tiempo.


¿Cuál es mi esperanza?


Alzar la copa hasta el borde
llena de sombras y ceniza
y brindar con la nada.


Quiero beber tu veneno
de tus frescos labios
y morirme entre tus brazos
porque, tú mujer, eres la vida
la esperanza que le queda a mi esperanza.


Poema 9

Retiraste mi pluma de tu vida
y me has dañado la inspiración,
ahora aúllan los lobos en los bosques
y la luna concierta una reunión de plenilunio y agonía,


¿dónde estás musa de mis desvelos?


Esta sed que tanto duele
este hambre cruel de realidad
aúllo sordamente
y miro como se apagan las estrellas,
la cueva del recuerdo es muy oscura
y es fría como el hielo
el humo penetró con gran daño
donde mora una sombra ardiente,
la vida muerde aún
mientras la luz viene
para apagarte su dolor
y un aire sano llega para deshacer el humo
que habita en tu corazón,
respíralo.


Poema 10

En soledad he escrito amargas palabras
ardientes tristezas,
hundirlas en esta oscuridad delirante,
las rotas alas de la soledad
caen sobre mi basto campo de cenizas,
huelo a carroña humana
mi luz se ha vuelto negra
mi carne solo es polvo
he llorado la perdida del mundo
y he sentido en mis hombros
el peso de la oscuridad,
vuelve la pesadumbre de mis ojos
nadie puede ayudarme
si de ti no brota la ternura
la transparencia de la noche
el tocar con tus labios la luz
y besarme luminosamente el alma.


Poema 11

Salí a mi terraza
para sentir la brisa de la noche;
para ser el que siempre fui.


Vi alejadas las brillantes estrellas,
no pude olvidar mis días recientes,
la penumbra en que late mi corazón
y tus palabras acariciándome los oídos;
la emoción de tu rostro
reflejado en el firmamento,
el naufragio de un hombre desolado,
el espectro doliente de una pasión rota,
sobre tu frente salpica el declinar de mi vida.


Salgo a mi terraza
un frío súbito hiela mi corazón
con los labios toco el aire mortecino
oigo los gritos fatigados de la calle
y la altura me estremece,
el tiempo pasa y nada retorna
el dolor y la alegría se confunden en la memoria
después en el olvido son cegadas
y al dolor agradeces
que se desborde de tu frágil pecho
la firme aceptación de la existencia,


aún vivo...


Poema 12

No arañes con las manos el olvido
ni con dientes codiciosos desgarres los recuerdos
desprende la humillación del llanto,
la impotente memoria que no te obedece
y abre los ojos a la realidad latente
aunque sea con moribundo impulso
pero despierta de ese letargo asumido,
intenta transitar libre de carga
por paisajes hermosos de luz
encontrando floridas ramas
tras los ojos cristalinos de una mirada
y el reflejo tibio de un latido
entre el agua cristalina de tus lágrimas.

Poema 13

El tiempo detenido alrededor
las horas callan austeras
pasan los días como frescos racimos.


¿Y quién lleva las riendas?
¿De quién es ese latido perdido?,
¡Qué grande es el poso del desamor!


Vacíos los bolsillos.


Las ilusiones se van por las alcantarillas,
se amontonan en rincones.
Salpican las miserias
sobre esta vida tan esperpéntica
en la que tenemos que pagar peajes abusivos

por un existir acolchado,
sin atreverse a pasar página.


Vivimos diariamente
gastamos todo el tiempo,
inhalamos hasta el consuelo,
¿Y qué nos queda?
Estúpidas transparencias
aburridas palabras sin sentido,
y yo sigo sin encontrarme
¿dónde estará esa mujer donde reflejarme?


No dudaría, mujer
si en ti, me sintiese
por que no soy nada
apenas una mota de polvo al lado de tu firmamento
apenas un estúpido amasijo de huesos
gastados de tantas inclemencias asumidas.


Poema 14

Quisiera hallar mis cenizas
cubiertas de pétalos sonrosados,
resistiendo la lúgubre noche
en la que anclada esta mi sinrazón,
la removida luz entre mis árboles
ya convertida en tinieblas
hace temblar mi cuerpo
bajo este plomizo y enfermizo cielo
en el que van quedando desdibujados rastros
de tantos tercos temores a los que temo.


He bañado mis sentimientos en los rayos de sol
para ofrecerme desnudo con ellos,
evocando el pretérito
en este presente cargado de anhelos,
nazco sinceramente en la conciencia
huyendo del banal lamento
que solo si hace algo
es deletrear fracasos
que desnudan un puñado de gemidos.


No estoy solo, cuando sigo
cuando me obstino
cuando no me rindo.


Poesía 15

Estoy cansado, cansado
de mis intricados recovecos
de perderme en mi mismo
tratando de encontrarme
y sin hallarme, a ese desconocido
que todos creen conocer,
el mismo que se mira al espejo
se tira las orejas y se cuenta los dientes.


Descansaré cuando pueda,
cuando tú me hagas ser yo,
sino, seré siempre mañana,
descansaré en tu tierna mirada
cuando cese mi búsqueda,
entonces el cielo llorará
y sus lágrimas derretirán
el tiempo que nos queda de vivir
y mi corazón volará henchido
lejos de mi, sin esperarme
una frágil tarde de verano.


Poema 16

Dispondré mis latidos
en el remanso de tu piel anhelante
de la jugosa fruta
que quiere que mi sed sacie
que acoja mi travieso incendio
entre la gracia de una caricia
que busca la dulzura de un rostro
lleno de mariposas blancas
suspirando por la luz
de un escueto beso sobrante,


me abalanzo al fluir calido de su corriente
precipitadamente a su abismo
y solo encuentro vanas esperanzas
que se disipan según las dices
como un eco entre montañas agrestes,
mi cielo se vertió en tu corazón
pero tu corazón está varado
encallado en tus arrecifes de coral
entre los ramajes de recuerdos
de tantos desencantos y desilusiones.



Poema 17

Durante mucho tiempo
armé barricadas en torno mío
levanté murallas inexpugnables
miré al cielo y me sentí seguro,
me acomodé tras las defensas
me hospedé en un sueño soporífero,


al final me desperté huérfano
sepultado entre mis propias contradicciones,


¿quién iba a pensar que todo se vendría abajo
con un leve soplo tuyo?
¿De qué sirve armar futuros?


Si solo somos marionetas
en la cuerda de esta vida loca.

Aparta de mí esa copa amarga.

Trataré de ser yo mismo
en este sendero inhabitable
en el que tristemente me recorro,
sin oír el ruego pronunciado
de este plomizo cielo ennegrecido.


Pero no me pidas que siga siendo el mismo
ni te empeñes en creer que serás la misma
bajo estos dos metros de oscura tierra.

Poema 18

He visto el cielo gris
bajo místicos horrores, manchado,
iluminando grandes coágulos rojos
tiñendo rutilantes delirios
de arcos iris tensados,
rompiendo en destellos multicolores
como una muchedumbre de palomas
bajo el marino horizonte de tantas amarguras.


Alguna vez el mar
cuyo sollozo me balancea dulcemente,
alza hasta mi
restos de tantos desengaños,
ese amor que se hace espuma,
esos vientos que por instantes me hablaron
por instantes me hacen zozobrar.


En estas noches sin fondo
duermo en el exilio
desterrado de la exquisita confitura de tus labios
de las frágiles ataduras de tus caricias
de esos silencios perfumados de ausencias
donde duermen un enjambre de sueños
llenos de rojizas tormentas
y un deseo de llorar, renace y muere.


Poema 19

Sediento sin cesar de esplendores y calmas
gimiendo tiernamente tras las caricias
de unas extrañas manos,
mujer que el barro divinizaste
que el alma del hombre iluminas
de esta prisión terrestre haces bello el día


¡creo en ti ¡


tu vendrás a saciar esta sed de amor
con tu inmensa lira me harás vibrar
con los temblores mismos de un infinito beso
tú vendrás a redimirme,
suspiras sobre el ancho universo
sobre la sonrisa infinita de tu amor,
no sucumbiré bajo ningún manto
ni estrechas quimeras
aunque la duda me castigue
y con su ala de triste pájaro me golpeé
y el horizonte huya en su eterna huída


aún queda cielo abierto.


Poema 20

Me voy sumergiendo en la noche
como el vuelo circular del águila
sobre una esperanza revoloteando
perdiendo plumas y bagaje
limando asperezas del fondo
de estas monotonías mordaces
que como escamas brillan
sobre mi cuerpo de agua,


vendré, no sé cuándo ni cómo
con mis cabellos de algas
arrastrando mareas, marejadas
sobre mis hombros pingando,


arrastrando mis entrañas
sobre las oscuras riveras
de ese estúpido animal que soy,
que aún cree jugar en el tiempo
con imaginarios lenguajes arcaicos
con vocabularios terrenos, palabras
que como enredaderas echan pesadas raíces
en mi cuerpo mudo, marchito
y la tierra cubriéndome los ojos.


Mis labios engendraran despertares
en los umbrales del amanecer.

Poema 21

Cuando veo mi cuerpo, así, tan caído
por los tenebrosos rincones
de un corazón a punto de marchitarse,
cuando lo veo vagabundear
alimentarse de las sobras
del poco calor que despides,


en ti me miro,


no te veo reflejada en espejos
ni en el agua cristalina de mis ojos
y solo soy el más puro perfil de una sombra
que se va deshaciendo en leves jirones, tristes.


Cuando veo mi cuerpo
su tenue llama
apenas palpitante
a punto de extinguirse, lentamente...


Al pie de sus cenizas
depositaré un ramo húmedo
de lluvias y tristezas.



Poema 22

Desnudo siego la hierba bajo tus pies
deposito el ramo húmedo
que me diste de tus lágrimas,
desbrozo los hierbajos
de tu corazón naufrago
que en pequeños hilos trenzados
de llantos hilados por peludas arañas
te envuelven de niebla y escarcha,


entraré al fondo de tu oscuridad
ebrio de claridad,
buscaré en la deriva de tus amaneceres
fragmentos de mí mismo naufragados,
empapado de ti
en la tibia luz de tu sueño.


Siento que puedes convocarme
vibrar mi cuerpo herido
incendiarlo entre tus manos ciegas,
pero no sentirás mi limite
ni el agua que de ti mana
aplacará mi terrible sed,
por que soy un pobre miserable
mendigo de nada
lleno de terrible ternura,
roto, resquebrajado,


pero nunca vencido.

Poema 23

Como una margarita deshojándose en tus manos
mis ilusiones se van desgajando
cayendo una a una
en este saco mísero de la vida,
mi piel tiembla, se deshace,
en los vertederos de esta realidad latente,
desnudo, apenas nada me queda,
la soledad de mi alma, aúlla
en estas noches vacías de sentimientos,
no hay unas manos tiernas
enraizándose a mi alrededor
mi felicidad ha derramado su última gota
y no haces nada para recargarme
ni tan siquiera una lágrima me recoges
de estos mares de tristezas
donde me derramo íntegro
y vierto mi último suspiro,


-- mi última esperanza. --

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